La imponente estructura futurista está situada cerca de la ciudad de Istra, en la región de Moscú. La instalación científica es un campo de pruebas que se construyó en 1968, durante la era soviética. En su momento fue una instalación secreta, pero quedó abandonada durante mucho tiempo tras el colapso de la Unión Soviética.
Su nombre oficial era "Banco de Pruebas del Centro de Investigación de Alta Tensión del Instituto Electrotécnico Panruso". Pero popularmente su apodo era más sencillo: "Bobinas de Tesla".
Fue uno de los generadores de alta tensión más potentes construidos en la URSS. Podía producir tensiones comparables a la segunda potencia de todas las centrales eléctricas del país.
Su objetivo principal era probar aparatos eléctricos y aviones para detectar rayos y radiaciones electromagnéticas potentes. Estas pruebas se realizaban para estudiar los efectos de la electricidad en diversos objetos. Por ejemplo, se simuló el impacto de un rayo en un avión, tras lo cual se estudiaron los efectos de dicho impacto en el casco. El tamaño de los rayos variaba desde los más pequeños hasta los más grandes, imitando los rayos naturales reales.
En realidad, las bobinas Tesla de Istria no están relacionadas en modo alguno con el invento de Nikola Tesla. Se llaman así por cierto parecido con el invento del científico, pero el principio de funcionamiento de esta instalación no es el de una auténtica bobina de Tesla.
La instalación consta de tres enormes cascadas de transformadores, una plataforma y una estructura auxiliar. La torre más alta es también el generador más potente y es capaz de producir descargas eléctricas de 9 millones de voltios. Este es el voltaje de los rayos naturales reales. La torre es el generador de Marx (inventado por el ingeniero alemán Erwin Marx en 1924). La electricidad se transmite a una pequeña bola suspendida sobre la plataforma, y un rayo artificial alcanza los objetos situados debajo. En una ocasión fue posible alcanzar una longitud de descarga de 150 metros con este generador.
Pero la parte más fotogénica de la instalación que los fotógrafos han llegado a adorar -la cascada de transformadores con 3,6 millones de voltios y la tensión continua de 2,2 millones de voltios- nunca produjo rayos. Se necesitaban para probar líneas eléctricas y comprobar la durabilidad de cables de todo tipo.
Tras el colapso del país y la escasez de fondos para la ciencia, la instalación de pruebas nunca llegó a utilizarse. Ahora todo el centro de pruebas es propiedad de la Corporación Estatal Rosatom y hay un control de seguridad en la entrada. Sin embargo, las bobinas de Tesla cerca de Istra apenas se utilizan hoy en día debido al elevado coste de todo el proceso.
Pero el lugar, por su aspecto extraterrestre, es muy popular entre fotógrafos, fotógrafos extremos y entusiastas de la ciencia ficción. Es uno de los muchos lugares y sitios más extraños de la región de Moscú.
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